Texto, fotos y video: G.A.C.R.
Germán Vargas Lleras, senador de Cambio Radical, salió este jueves 6 de marzo a descalificar la marcha que se produjo ese día, y a calumniar al legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, por sus supuestos contactos con las FARC. Vargas Lleras insistió en Caracol, y sobretodo en RCN (que siempre como perro faldero es sumiso a las políticas del imperio), que la marcha “no fue ni la sombra de la del 4”, insinuando de tajo que la participación de la gente no fue en masa. Se equivoca, porque esta marcha contra las formas de violencia, sobretodo las propiciadas por los paramilitares y el Estado, fue tan concurrida o más grande que el show mediático del 4 de febrero, que legitimaba la guerra, contaba con el respaldo de los medios (a diferencia de ésta), de empresas, de los paramilitares, del gobierno, etc. Muchos en la marcha gritaron que la supuesta minoría sí era mayoría: Que la familia colombiana tiene 4 millones de desplazados, miles de asesinados impunemente, cientos de muertos enterrados en fosas comunes y dos medios que se disputan la supremacía de la desinformación. Se equivoca no sólo Vargas Lleras, sino El Tiempo, y el puñado de medios que dijeron que la marcha, “pese a no ser tan numerosa”, alcanzó a visibilizar a las víctimas. Sí, las visibilizó, porque el propio gobierno y los medios monopólicos de desinformación se encargan de negar la existencia de una guerra, de un conflicto donde mueren campesinos como si fueran guerrilleros, donde los estudiantes universitarios son tratados como delincuentes, mientras que los verdaderos ladrones del congreso, con prebendas, siguen ocupando sus curules. Pero fue grande, fue masiva, y mostró la cara que no quieren mostrar las telenovelas, los noticieros y el aparataje que domina el sistema.
El 6 de marzo, desde las 7 a.m. en Bogotá, las víctimas empezaron a salir, desde el sur, en Bosa, donde se concentra una gran población desplazada por los actores regulares e irregulares del conflicto. A diferencia de la marcha del 4, en ésta los pobres salieron; a diferencia de ese espectáculo televisivo, en ésta los familiares de los secuestrados sí salieron; y en contravía de lo que piensa el senador, y sus lacayos, la marcha, estigmatizada al extremo, fue multitudinaria. Con rabia, con sensatez, con dolor, las víctimas salieron, y fueron acompañadas por la gente del común: Vendedores ambulantes, estudiantes, profesores, organizaciones, etc. Desde Bosa, empezó el día jueves, como una fecha para la memoria, de allí partieron a Soacha, y de ahí, al centro de la capital, donde hacía las diez de la mañana el movimiento en la carrera Séptima ya se sentía. Desde esa hora, hasta las 4 p.m., la gente llegaba a la Plaza de Bolívar, algunos se quedaban, otros se iban, había constante movimiento. La plaza recibió personas desde las 10, hasta las 4, hora en la que los organizadores ya habían quitado la tarima de sonido, y desplazado a sus actividades cotidianas.
Este movimiento, y la plaza llena, durante todo el día, permiten dar cuenta de que la movilización fue masiva, y no una marchita “que no fue ni la sombra de la del 4”. Permiten dar cuenta que las víctimas exigen ser escuchadas, más que los asesinos que van al congreso, los reciben con las puertas abiertas, saludan al 35% del recinto que dominan, y son, como si fuera poco, aplaudidos; más, también, que la retórica de un par o de un trío de mandatarios, que ese mismo día, se lanzaban mutuas acusaciones, para que al día siguiente terminaran dándose un febril apretón de manos.
CityTv, en su emisión de las 8 p.m., le dedicó poco menos de minuto y medio, a la difusión de la marcha, 50 segundos como menos a los disturbios protagonizados por jóvenes al final de la misma. ¿Cuánto tiempo le hubieran dedicado si ninguna persona hubiera mostrado su inconformidad con rabia, justamente, frente a las instalaciones del congreso? ¿Qué hubieran pasado, si lo hicieran, si nadie hubiese tirado una piedra? La marcha, desde las mismas organizaciones convocantes, promovió la no violencia, el pacifismo, que denotaran un respeto por las víctimas; empero, en este punto es justo hacer una apología a los llamados “vándalos”: Si no fuera por ese pequeño grupo de jóvenes, no hubiera tenido más eco la marcha; esto no significa que quien tiró la primera piedra del día, contra el edificio Murillo Toro, y el que estuvo presente defendiéndose del ESMAD hasta altas horas de la tarde, no respeten el dolor de las víctimas, sino que en su concepción de violencia, esta forma de lucha se justifica, la rabia se justifica, la resistencia se justifica, y, para muchos, esta es una forma de denotar el sentimiento antiimperialista que brota en la sangre joven del pueblo.
A continuación EL MACARENAZOO difunde el fotorreportaje de ese majestoso día, que no puede ser acallado por un par de medios oficialistas y un senador rebelde cegado por su odio contra las FARC, sino que debe ser baluarte para, como decía la principal pancarta de la Universidad Distrital, luchar “contra el paramilitarismo y los crímenes de Estado: Organizar la resistencia popular”.
Germán Vargas Lleras, senador de Cambio Radical, salió este jueves 6 de marzo a descalificar la marcha que se produjo ese día, y a calumniar al legítimo gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, por sus supuestos contactos con las FARC. Vargas Lleras insistió en Caracol, y sobretodo en RCN (que siempre como perro faldero es sumiso a las políticas del imperio), que la marcha “no fue ni la sombra de la del 4”, insinuando de tajo que la participación de la gente no fue en masa. Se equivoca, porque esta marcha contra las formas de violencia, sobretodo las propiciadas por los paramilitares y el Estado, fue tan concurrida o más grande que el show mediático del 4 de febrero, que legitimaba la guerra, contaba con el respaldo de los medios (a diferencia de ésta), de empresas, de los paramilitares, del gobierno, etc. Muchos en la marcha gritaron que la supuesta minoría sí era mayoría: Que la familia colombiana tiene 4 millones de desplazados, miles de asesinados impunemente, cientos de muertos enterrados en fosas comunes y dos medios que se disputan la supremacía de la desinformación. Se equivoca no sólo Vargas Lleras, sino El Tiempo, y el puñado de medios que dijeron que la marcha, “pese a no ser tan numerosa”, alcanzó a visibilizar a las víctimas. Sí, las visibilizó, porque el propio gobierno y los medios monopólicos de desinformación se encargan de negar la existencia de una guerra, de un conflicto donde mueren campesinos como si fueran guerrilleros, donde los estudiantes universitarios son tratados como delincuentes, mientras que los verdaderos ladrones del congreso, con prebendas, siguen ocupando sus curules. Pero fue grande, fue masiva, y mostró la cara que no quieren mostrar las telenovelas, los noticieros y el aparataje que domina el sistema.
El 6 de marzo, desde las 7 a.m. en Bogotá, las víctimas empezaron a salir, desde el sur, en Bosa, donde se concentra una gran población desplazada por los actores regulares e irregulares del conflicto. A diferencia de la marcha del 4, en ésta los pobres salieron; a diferencia de ese espectáculo televisivo, en ésta los familiares de los secuestrados sí salieron; y en contravía de lo que piensa el senador, y sus lacayos, la marcha, estigmatizada al extremo, fue multitudinaria. Con rabia, con sensatez, con dolor, las víctimas salieron, y fueron acompañadas por la gente del común: Vendedores ambulantes, estudiantes, profesores, organizaciones, etc. Desde Bosa, empezó el día jueves, como una fecha para la memoria, de allí partieron a Soacha, y de ahí, al centro de la capital, donde hacía las diez de la mañana el movimiento en la carrera Séptima ya se sentía. Desde esa hora, hasta las 4 p.m., la gente llegaba a la Plaza de Bolívar, algunos se quedaban, otros se iban, había constante movimiento. La plaza recibió personas desde las 10, hasta las 4, hora en la que los organizadores ya habían quitado la tarima de sonido, y desplazado a sus actividades cotidianas.
Este movimiento, y la plaza llena, durante todo el día, permiten dar cuenta de que la movilización fue masiva, y no una marchita “que no fue ni la sombra de la del 4”. Permiten dar cuenta que las víctimas exigen ser escuchadas, más que los asesinos que van al congreso, los reciben con las puertas abiertas, saludan al 35% del recinto que dominan, y son, como si fuera poco, aplaudidos; más, también, que la retórica de un par o de un trío de mandatarios, que ese mismo día, se lanzaban mutuas acusaciones, para que al día siguiente terminaran dándose un febril apretón de manos.
CityTv, en su emisión de las 8 p.m., le dedicó poco menos de minuto y medio, a la difusión de la marcha, 50 segundos como menos a los disturbios protagonizados por jóvenes al final de la misma. ¿Cuánto tiempo le hubieran dedicado si ninguna persona hubiera mostrado su inconformidad con rabia, justamente, frente a las instalaciones del congreso? ¿Qué hubieran pasado, si lo hicieran, si nadie hubiese tirado una piedra? La marcha, desde las mismas organizaciones convocantes, promovió la no violencia, el pacifismo, que denotaran un respeto por las víctimas; empero, en este punto es justo hacer una apología a los llamados “vándalos”: Si no fuera por ese pequeño grupo de jóvenes, no hubiera tenido más eco la marcha; esto no significa que quien tiró la primera piedra del día, contra el edificio Murillo Toro, y el que estuvo presente defendiéndose del ESMAD hasta altas horas de la tarde, no respeten el dolor de las víctimas, sino que en su concepción de violencia, esta forma de lucha se justifica, la rabia se justifica, la resistencia se justifica, y, para muchos, esta es una forma de denotar el sentimiento antiimperialista que brota en la sangre joven del pueblo.
A continuación EL MACARENAZOO difunde el fotorreportaje de ese majestoso día, que no puede ser acallado por un par de medios oficialistas y un senador rebelde cegado por su odio contra las FARC, sino que debe ser baluarte para, como decía la principal pancarta de la Universidad Distrital, luchar “contra el paramilitarismo y los crímenes de Estado: Organizar la resistencia popular”.
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1 comment:
SUMERCE ME SORPRENDE DE SOBREMANERA, HAY QUE TENERLE MUCHO AMOR AL PERIODICO PARA LLEGAR A HACER COSAS DE TAN BUENA CALIDAD Y CONTINUIDAD, NUEVAMENTE LO FELICITO COMPAÑERO, PERO DEBO DECIRLE QUE NO ME GUSTO LA MANIFESTACION DE AQUEL GRUPO DE JOVENES EN LA PLAZA DE BOLIVAR, POR MAS FURIA Y DOLOR QUE GUARDEMOS EN NUESTROS CORAZONES, NO DEBEMOS EXPRESARLO DE TAL MANERA, PORQUE LO QUE PORQUE Gandhi dijo una vez: "Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia". Así mismo expresó:"Si quieres cambiar al mundo, cámbiate a ti mismo."
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