COMENTARIO NOTA: Ayer se realizó en la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital, Macarena, una asamblea que aglutinó distintas fuerzas, estudiantes, docentes, la comunidad universitaria en general… La asamblea fue de carácter universal, pues llegó gente de la Facultad Tecnológica, Ingeniería, vivero, etc., lo que le dio la representatividad de la universidad. Lamentablemente, en el micrófono, apenas si acaso un par de personas moderaron, pero la figura representativa fue aquel individuo cerrado, alto, con gruesa voz, y un poder de convencimiento extraordinario… Ayer muchas personas vimos a este sujeto intervenir, y moderar, a su antojo, las intervenciones de la comunidad universitaria. Con un sesgo populista, este señor no dejó que se discreparan sus ideas, convocó a la gente, y movió a la masa, con artimañas que representaron a claras leguas, intereses personales.Se gritó mucho “Sí a la constituyente”, todos creyendo en esta solución, pero muy pocos conociendo a ciencia cierta en qué consiste esta figura. Pues bien, ayer dos representantes estudiantiles renunciaron a sus cargos, como apoyo a la Constituyente. Estas acciones, que estos representantes saben muy bien lo que significan, repercutían en la aprobación tácita de una Asamblea Constituyente, que, como figura, busca eliminar la representatividad cualitativa (que el peso de las acciones caigan sobre algunos elegidos) por una representatividad de masa. La Constituyente se define como el espacio de diálogo, de interlocución, donde el proselitismo no tenga cabida, donde cada integrante tenga el mismo peso que el compañero, por lo tanto la renuncia buscaba enfatizar en esa igualdad. Pero son muy pocos los que saben esto, ¿quién va a estar en la constituyente, cómo se conforma, qué puede definir?, son preguntas que la gran mayoría no puede contestar con buenos argumentos.
Para tratar de mitigar semejante grado de desinformación, utilizada en contra de la universidad pública, aunque matizada con soluciones a corto plazo, se propuso, en determinado momento, que en vez de solventar un paro indefinido, se siguieran utilizando los horarios de las clases, como espacios que construyan políticamente a los estudiantes en la Constituyente. Propuesta que, al no contar con la aprobación del moderador (que, como se dijo, respondió a sus intereses personales), recibió un rechazo unánime de la masa congregada ayer; una masa que siguió, tal vez por ignorancia o por subordinación, las recomendaciones de este señor alto, con hablado costeño y un tono de voz grave. Él arrebató el micrófono, como lo hizo por lo menos unas cuatro veces más, a otras personas.La propuesta de seguir en clases, como espacio político que utilice la excusa del encuentro, y hablar, enseñar y aprender más de lo que nos dicen representantes y monaguillos de turno, es coherente, factible, viable. Si se va a un paro indefinido, estamos enviando a todos los estudiantes a un periodo de vacaciones prácticamente indeterminado… Es necesario seguir construyendo la universidad; no puede ser un grito de batalla perder un semestre en pro de uno más; desde el aula se lucha, se piensa, se propone. ¿Y por qué nos quedamos en clase? Si salimos a la calle, indefinidamente, cuando regresemos muy seguramente ya el sistema, el gobierno habrá tomado acciones de hecho, y no podremos entrar. Un elemento fundamental faltó ayer en la asamblea general: El hecho histórico. Si se tiene en cuenta el componente histórico, los moderadores de ayer hubieran sabido que la Universidad Industrial de Santander (UIS), entró en determinado momento a una situación similar a esta, se fueron lanza en ristre a tomar acciones de hecho, y, cuando menos se dieron cuenta (por parar, por no ir a la universidad, por preferir perder un semestre en pro de la educación pública), cerraron esta universidad… en este momento está ad portas de la privatización.
Finalmente, por supuesto que es necesario pelear por la educación pública, pero, tomando las palabras de quien tomó la vocería ayer (aquel individuo que rapaba el micrófono si no le convenía), “nos están matando”. ¿Y si nos están matando, por qué hacer un “carnaval”? En este momento, por las calles de Bogotá, se debe estar movilizando una marcha artística y cultural, una propuesta que como protesta es bienvenida, pero que no puede ser tomada como un sofisma de distracción, no podemos reír mientras nos matan… Ojala no cojamos la carrera séptima, esto es seguir el juego del gobierno: Hacer un septimazo, con música y baile, en nombre de la alcaldía y de todos los entes que dejan a la universidad sin posibilidad de continuar el próximo semestre. Por el contrario la propuesta al cierre de estas líneas, y que propuso ayer un compañero que fue obligado a callarse, es tomarse la Caracas; si es un espectáculo (perdón, protesta) cultural, no habrá problema en tomar nuestras calles, las que fueron construidas con nuestros impuestos, y que están en buenas condiciones porque sólo un bus rojo pasa diariamente por acá. Que no se respire miedo, como se sintió ayer, que no le sigamos el juego al sistema opresor, oliendo lo que nos da en la nariz, por la Caracas tiene que ir este carnaval.Apostilla: Quienes están en la cabeza en el movimiento actual no les conviene mucho que la gente aprenda qué es una Constituyente, cómo pueden participar, qué pueden decidir, pues están jugando con la desinformación, para que en determinado momento, a falta de representatividad cualitativa, haya otra figura que se llama “manejo de hilos de poder”. La Constituyente podría no tener representantes, pero sí moderadores que impedirán que la gente piense y tenga memoria histórica.
El paro indefinido es dar papaya…
Las clases para apoyar, aprender, enseñar…
Fotos:
1. El aún decano de la facultad de ciencias y educación, acompañado del rector, Ricardo Montañez.
2. La comunidad universitaria reunida en la plazoleta de "La Aburrida".
3. El rector hablándo, al lado derecho se observa al moderador de la actividad.
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Este escrito refleja la postura del autor, no representa necesariamenta la postura de EL MACARENAZOO en su totalidad.
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