Notas de Juan Cendales.
Los primos, rango familiar generalmente perdido y difuso, ha adquirido en el régimen uribista connotación muy especial, pero perdiendo su misterioso encanto. Palabra que algunos estudiosos del tema proponen deriva de primor, gracia y hasta de perfección, ha degenerado gracias a la parapolítica en sinónimo de patraña, maquiavelismo y mafia.
Mario Uribe, el primer primo de la nación, como todo el mundo sospechaba y muchos parece que sabían, parece que está más enredado con los paramilitares que lo que se creía. Ya muchos de esos muchos sospechaban de la fortuna que ostenta el viejo cambiador callejero de dólares. Ahora también se habla de las fincas y los votos que el primer primo consiguió en la poco primorosa alianza con los paras. Junto a Mario, y tan cercano a Uribe, está otro primo. Pero no de Uribe sino del fallecido capo del narcotráfico, las bombas y el terror, Pablo Escobar Gaviria. Es José Obdulio Gaviria. Conocido por hacerle los discursos a Uribe, leer por Uribe y parece que también escuchar por Uribe. Además de la popularidad por sus fenomenales borracheras en los cocteles diplomáticos, es conocido como el ideólogo del régimen.
Y cuando se habla de primos cercanos al corazón y la amarga bilis de Uribe hay que agregar a los primos Santos. No primos de Uribe. Primos entre sí mismos y entre sí mismos competidores en lealtad al iluminado y en una inusual competencia por ver cuál la caga mejor con sus bravuconadas, majaderías o sandeces. Para no meternos en el fangoso terreno de las graves acusaciones que Mancuso les hace en el llamado proceso de la verdad del que los uribistas tanto se ufanaban y del que ahora tanto reniegan.
Junto a tanto primo detenido, acusado o encartado figuran Hernando Araujo y Víctor Guerra de la Espriella. El primero hasta hace pocos días gobernador del departamento del César, detenido también por paramilitarismo, junto a su primo el detenido ex Senador Álvaro Araujo, hermano de la ex ministra de relaciones exteriores y el segundo, primo de la ministra de comunicaciones.
La primocracia uribista, o primoparatocracia es muy larga. Demasiado larga.
Enmarañada.
Tanto como los largos tentáculos del paramilitarismo.
O parauribismo.
Los primos, rango familiar generalmente perdido y difuso, ha adquirido en el régimen uribista connotación muy especial, pero perdiendo su misterioso encanto. Palabra que algunos estudiosos del tema proponen deriva de primor, gracia y hasta de perfección, ha degenerado gracias a la parapolítica en sinónimo de patraña, maquiavelismo y mafia.
Mario Uribe, el primer primo de la nación, como todo el mundo sospechaba y muchos parece que sabían, parece que está más enredado con los paramilitares que lo que se creía. Ya muchos de esos muchos sospechaban de la fortuna que ostenta el viejo cambiador callejero de dólares. Ahora también se habla de las fincas y los votos que el primer primo consiguió en la poco primorosa alianza con los paras. Junto a Mario, y tan cercano a Uribe, está otro primo. Pero no de Uribe sino del fallecido capo del narcotráfico, las bombas y el terror, Pablo Escobar Gaviria. Es José Obdulio Gaviria. Conocido por hacerle los discursos a Uribe, leer por Uribe y parece que también escuchar por Uribe. Además de la popularidad por sus fenomenales borracheras en los cocteles diplomáticos, es conocido como el ideólogo del régimen.
Y cuando se habla de primos cercanos al corazón y la amarga bilis de Uribe hay que agregar a los primos Santos. No primos de Uribe. Primos entre sí mismos y entre sí mismos competidores en lealtad al iluminado y en una inusual competencia por ver cuál la caga mejor con sus bravuconadas, majaderías o sandeces. Para no meternos en el fangoso terreno de las graves acusaciones que Mancuso les hace en el llamado proceso de la verdad del que los uribistas tanto se ufanaban y del que ahora tanto reniegan.
Junto a tanto primo detenido, acusado o encartado figuran Hernando Araujo y Víctor Guerra de la Espriella. El primero hasta hace pocos días gobernador del departamento del César, detenido también por paramilitarismo, junto a su primo el detenido ex Senador Álvaro Araujo, hermano de la ex ministra de relaciones exteriores y el segundo, primo de la ministra de comunicaciones.
La primocracia uribista, o primoparatocracia es muy larga. Demasiado larga.
Enmarañada.
Tanto como los largos tentáculos del paramilitarismo.
O parauribismo.
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El anterior escrito no refleja necesariamente la postura política e ideológica de EL MACARENAZOO, por lo tanto no se responsabiliza del mismo.
1 comment:
Muy buen artículo y bien expresado. Tal vez le interese EL ARTE DE LA VENTAJA, libro virtual para descargar en
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Un saludo
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