POR: PEDRO CÁRDENAS
PERIODISTA SOCIAL INDEPENDIENTE
DIRECTOR FUNDADOR REVISTA LA VERDAD Y LA ASOCIACIÓN VIDA PAZ Y DEMOCRACIA.
PERIODISTA SOCIAL INDEPENDIENTE
DIRECTOR FUNDADOR REVISTA LA VERDAD Y LA ASOCIACIÓN VIDA PAZ Y DEMOCRACIA.
Este caso sucedió el día tres (03) de octubre de 2007, en la estación de Transmilenio al sur de Bogotá. Aún cuando el final del mismo fue UNA CONCILIACIÓN FORZADA, en esa conciliación, no nos comprometimos a callar y menos renunciar al sagrado derecho de pensar diferente, a no estar de acuerdo, disentir, investigar y denunciar todo lo que consideremos a nuestro juicio esté mal, más en casos como este a todas luces lleno de abuso de autoridad por parte de la policía nacional, que se viene convirtiendo a pasos agigantados, en uno de los entes de represión estatal que más viola los derechos de los ciudadanos y sus libertades, con la anuencia y silencio cómplice de sus máximos jerarcas.
Antecedentes:
Es un secreto a voces, que el programa de auxiliares bachilleres que prestan su servicio en Transmilenio, ha sido un fracaso y solo ha servido para que estos niños se crean los súper policías y utilicen el uniforme para cometer atropellos y gancho para enamorar a cuanta chica pasa por estas estaciones. Por no agregar que este programa es el más claro ejemplo de corrupción del estado a favor de un monopolio que debería tener sus propios vigilantes pagos por ellos y no el Estado protegiendo el capital de unos cuantos en nombre de un supuesto servicio público de transporte masivo.
Con ese antecedente hicimos un seguimiento y encontramos que hace unos 20 días aproximadamente, en la estación de la calle 76, cuando un auxiliar detectó a un presunto ladrón, lo golpeó tanto que este reaccionó hiriéndolo con un pico de botella en una clara reacción a una acción indolente, creemos, el auxiliar en lugar de golpear a esta persona debió llamar refuerzos para conducir a este presunto ladrón a una estación de policía y no aplicar justicia por su propia cuenta, olvidando que la policía no está para reprimir, sino para prevenir y no para golpear a infractores.
El tres (03) de octubre de 2007, encontramos a un auxiliar al que desde hace días veníamos haciendo seguimiento por su continua actitud de estar enamorando y no prestar su servicio como debería ser, le tomamos una foto con la cámara de nuestro celular y cuando fue alertado por su “amiga”, con la que ya llevaba mas de 15 minutos hablando, su reacción fue intentar quitarnos el celular por lo que actuamos evitando este atropello.
Acto seguido, al ver fallido su intento de quitarnos el celular, nos impidió abordar un articulado procediendo a llamar refuerzos, alegando que había sido agredido en forma injusta y ocultando en forma solapada la verdad de los hechos en un acto mísero y cobarde propio de los corruptos.
A su llamado llegaron tres unidades, entre ellos un sargento, que quiso sacarnos de la estación con la clara intención de agredirnos, aunque ya lo estaba haciendo en forma psicológica con sus gestos y ademanes.
Lo que comenzó a las once y treinta (11:30) minutos de la mañana, terminó a la una y media de la tarde (13:30) no sin antes haber soportado todo tipo de presiones terminando por conciliar un hecho donde se vio reflejada una retención arbitraria a manera de secuestro simple. Una clara agresión contra la integridad de un periodista para evitar publicar una foto donde un auxiliar estaría incurso en una causal de mala conducta.
Nos tomaron fotos. Nos hicieron videos en una clara intimidación y buscando distraer la atención de la comunidad para que quizá creyera que eramos delincuentes de la más baja calaña.
No fuimos detenidos y conducidos a una estación, gracias a la intervención oportuna de varias organizaciones que fueron alertadas de este atropello, entre ellas; la Fundación Comité de Solidaridad con los Presos Políticos, la Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, Anpres Colombia, con sede en Ibagué y La Federación Internacional de Periodistas.
No nos golpearon, teniendo que frenar sus impulsos, porque nos comunicamos oportunamente con Derechos humanos de la Policía y Derechos Humanos del Ministerio del interior y de Justicia.
Queda demostrado que en Colombia quien piense diferente y se atreva a intentar denunciar a personas corruptas como este auxiliar y agentes que intervinieron en el caso entre ellos el mencionado sargento, debe calcular muy bien el peligro existente cuando se transita entre LA LIBERTAD DE PRENSA - LAS BOTAS Y LOS FUSILES.
La revista La Verdad, seguirá en la calle, investigando y denunciando, dejando de lado el normal temor de ser perseguido aún por las mismas fuerzas del Estado, cuando tengamos que denunciar sus atropellos.
Advertimos que preferimos ser un medio un tanto irresponsable, a ser un medio arrodillado o timorato o en el peor de los casos vendido, y traicionando al pueblo. Ratificamos nuestro compromiso de ser CORRESPONSALES DEL PUEBLO Y NO CRONISTAS DEL ESTADO. Advertimos que solo nos da miedo, que nos dé miedo. Hacemos claridad que la única persona al menos sensata que intervino en este atropello fue un patrullero de apellido Quiroga y pare de contar.
Comentarios al correo electrónico:
plaverdad@hotmail.com
periodistasexiliadios@hotmail.com
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El anterior escrito no refleja necesariamente la postura política e ideológica de EL MACARENAZOO, por lo tanto no se responsabiliza del mismo.
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