“Quien acepta el mal pasivamente está tan mezclado con él como que ayuda a perpetrarlo. Quien acepta el mal sin protestar, realmente esta cooperando con él.”
Martín Luther King.
Texto y fotos: Alejandra.
A pesar del cansancio, la fatiga , el frío la tarde y las sombras la noche, como él mismo lo expresa, el profesor Moncayo llegó después de 44 días de caminata desde su tierra, Sandoná (Nariño), a la plaza de Bolívar, epicentro de la ciudad capital, donde muchos bogotanos lo recibieron con gran euforia y alegría.
Con la misma energía con la que partió y la esperanza de la liberación de su hijo y de todos los secuestrados, el profesor Moncayo al llegar a la plaza de Bolívar dirigió a todos los colombianos unas humildes palabras, en donde contó algunas anécdotas de su marcha, en la cual se encontró de frente con la pobreza y la miseria de muchos colombianos, que le impulsaron a seguir adelante en una protesta que brilla por su espíritu NO VIOLENTO. “Cuando el presidente dice vamos a salvar a sangre y fuego, esta invitando al pueblo colombiano a convertirse en unos asesinos en potencia ¿y quienes son? nuestros hijos, los hijos de los campesinos que son soldados... y eso es triste cuando una madre de familia me decía: nosotros no hemos parido hijos para la guerra” dijo.
Desde el inició de esta trayectoria el profesor Gustavo Moncayo luchó por el acuerdo humanitario, tema que resaltó en su discurso. El profesor expresó que el acuerdo humanitario debe realizarse en un sitio donde se reúnan las partes y se fijen unos acuerdos. De esta forma propuso que en este documento las FARC se comprometan a:
A pesar del cansancio, la fatiga , el frío la tarde y las sombras la noche, como él mismo lo expresa, el profesor Moncayo llegó después de 44 días de caminata desde su tierra, Sandoná (Nariño), a la plaza de Bolívar, epicentro de la ciudad capital, donde muchos bogotanos lo recibieron con gran euforia y alegría.Con la misma energía con la que partió y la esperanza de la liberación de su hijo y de todos los secuestrados, el profesor Moncayo al llegar a la plaza de Bolívar dirigió a todos los colombianos unas humildes palabras, en donde contó algunas anécdotas de su marcha, en la cual se encontró de frente con la pobreza y la miseria de muchos colombianos, que le impulsaron a seguir adelante en una protesta que brilla por su espíritu NO VIOLENTO. “Cuando el presidente dice vamos a salvar a sangre y fuego, esta invitando al pueblo colombiano a convertirse en unos asesinos en potencia ¿y quienes son? nuestros hijos, los hijos de los campesinos que son soldados... y eso es triste cuando una madre de familia me decía: nosotros no hemos parido hijos para la guerra” dijo.
Desde el inició de esta trayectoria el profesor Gustavo Moncayo luchó por el acuerdo humanitario, tema que resaltó en su discurso. El profesor expresó que el acuerdo humanitario debe realizarse en un sitio donde se reúnan las partes y se fijen unos acuerdos. De esta forma propuso que en este documento las FARC se comprometan a: 1. No secuestrar más.
2. No atacar las bases militares.
3. Un cese al fuego.
4. Deponer las armas.
Y el gobierno debe por consiguiente invertir la plata que se malgasta en guerra, en educación, vivienda y salud para todo el pueblo colombiano. “Ni la guerrilla ni el gobierno han sido capaces de conmoverse ante el dolor del pueblo colombiano” expresó.
Ahora el profesor Moncayo instala su “cambuche” en la plaza de Bolívar y aboga por la
propuesta de unas mesas regionales permanentes por el acuerdo humanitario, integradas por la pluralidad del pueblo (sindicalistas, amas de casas, desempleados, lideres de las diferentes bancadas, entre muchos más), para de esta forma fortalecer las bases que lleven a una solución contundente de la violencia colombiana. Instalado en la plaza, el profesor comienza a dirigirse a las entidades pertinentes para cumplir con el cometido que se ha propuesto y cuando esperaba ansiosamente la visita del presidente Álvaro Uribe Vélez, éste hizo una especie de "audiencia pública" no vista antes para mantener su postura guerrerista y saludar a quien en este momento es una persona intocable por cualquier persona: Moncayo. Él mismo sabe lo que representa en este momento y lo expresó así: “yo al presidente no tengo que pedirle nada, porque yo no estoy pidiendo, estoy es exigiendo”.
El profesor se ha convertido en un símbolo colombiano que guarda la esperanza de un país libre y en paz, a partir de una propuesta en donde la violencia no tiene cabida. Así que por el momento habrá Moncayo para rato.
“Mi marcha no muere aquí, aquí apenas empieza mi trabajo”
Ahora el profesor Moncayo instala su “cambuche” en la plaza de Bolívar y aboga por la
propuesta de unas mesas regionales permanentes por el acuerdo humanitario, integradas por la pluralidad del pueblo (sindicalistas, amas de casas, desempleados, lideres de las diferentes bancadas, entre muchos más), para de esta forma fortalecer las bases que lleven a una solución contundente de la violencia colombiana. Instalado en la plaza, el profesor comienza a dirigirse a las entidades pertinentes para cumplir con el cometido que se ha propuesto y cuando esperaba ansiosamente la visita del presidente Álvaro Uribe Vélez, éste hizo una especie de "audiencia pública" no vista antes para mantener su postura guerrerista y saludar a quien en este momento es una persona intocable por cualquier persona: Moncayo. Él mismo sabe lo que representa en este momento y lo expresó así: “yo al presidente no tengo que pedirle nada, porque yo no estoy pidiendo, estoy es exigiendo”.El profesor se ha convertido en un símbolo colombiano que guarda la esperanza de un país libre y en paz, a partir de una propuesta en donde la violencia no tiene cabida. Así que por el momento habrá Moncayo para rato.
“Mi marcha no muere aquí, aquí apenas empieza mi trabajo”
Gustavo Moncayo.
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