Mientras los pobladores se recuperaban de una noche conflictiva, el día sábado los lacayos del alcalde, disfrazados de representantes del pueblo, hicieron su exhibición. El pueblo sin salud, y la burocracia fascista al extremo comiéndose los recursos de este municipio cercano a Bogotá.
Guillermo Andrés Castro Rozo (MZO).
El pasado viernes Cota salió de su letargo gubernamental, pues en la calle hizo sentir su voz. Mediante una circular fechada el 15 de enero, se convocó a los habitantes del municipio para reclamar en forma inmediata que Luís Ernesto Castro Galindo, alcalde de Cota, respondiera por sus actos administrativos. En esta circular se explayaban algunos puntos de interés para la comunidad:
1. Preocupación de la ciudadanía por la creciente construcción de conjuntos residenciales en zonas netamente agrícolas, perjudicando de esta forma la principal actividad del municipio, pues Cota depende de un 60 % de la agricultura.
2. Asimismo estas zonas están siendo vendidas, para la construcción de fábricas, pero la plata del negocio no aparece por ninguna parte: El alcalde no da la cara.
3. El centro de salud del municipio fue vendido a Chía.
Debido a que desde ese 15 de enero, no habían sido escuchados por la administración, el viernes 2 de febrero, decidieron salir a la calle, en forma pacífica, a las 6 p.m., y con una vela encendida como símbolo de paz, rumbo al Concejo Municipal. Al llegar allí quisieron hablar con el alcalde y con los concejales, pero recibieron una respuesta muy poco decorosa: Las puertas les fueron cerradas; frente a esta situación los manifestantes decidieron abrir las puertas con sus propias manos, exigiendo respuesta a sus reclamaciones de meses… Fue en ese momento, cuando la gente alborotada se enfureció y se iniciaron las agresiones del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional, que como es de sobra conocido no falta a ninguna protesta social.
La primera vez que el municipio, por lo menos en los últimos 50 años, vivió algo así en sus calles: la población enfrentándose en una guerra campal con los de negro, los “Robocop”; los unos defendiéndose con palos y piedras, y los otros con sus mortíferos gases lanzados a quema- ropa, sus armas bélicas (pues se tiene información de que dispararon cerca de la capilla de Cota). El alcalde, en vez de poner la cara, huyó, no sin antes informar al ESMAD de su tarea en ese lugar: Atemorizar, atacar, reprender.
Las escaramuzas duraron hasta la 1 a.m. de ayer sábado. En los hechos, fueron capturadas 30 personas, 20 de ellos menores de edad, que horas más tarde, en la mañana, fueron liberadas: 11 quedaron en la estación de Policía de Madrid. Esta acción de hecho, pacífica, de tratar de hablar con el alcalde, la rabia justificada de un pueblo que reclama sus derechos, se opacó el día sábado, pues con sus artimañas el alcalde, previniendo lo que vendría, nombró a unos cuantos lacayos, para que se autonombraran representantes del pueblo: Y así fue, a mi llegada (11 a.m.), estos seudo representantes estaban escogiendo quiénes irían a la reunión en el recinto del alcalde, donde llevarían un pliego de condiciones y discutirían la situación. Los pobladores, enceguecidos ante los nuevos ídolos, con vivas y hurras los alababan, pero no eran los cotenses los responsables de lo que pasaba, era el elocuente discurso de los lacayos que se vendían como la solución a la crisis. Para hacer la decisión de los representantes un poco más “democrática”, se escogieron dos personas por barrio u organización, situación que alentó a los habitantes a creer en ellos, pero, empero, más tarde, el gremio de los comerciantes protestó, pues ninguno de ellos quedó allí dentro. Hasta ese momento los lacayos eran pocos, pero 5 horas después, mediante artimañas burócratas, convencieron a los demás de VENDERSE, mientras el pueblo seguía confiando en ellos.
Durante ese encuentro, a puerta cerrada, decidí indagar en la población sus inquietudes, quejas y reclamos, y me encontré con más denuncias que las esbozadas anteriormente. Así, a grandes rasgos, esto fue lo que dijeron:
Guillermo Andrés Castro Rozo (MZO).
El pasado viernes Cota salió de su letargo gubernamental, pues en la calle hizo sentir su voz. Mediante una circular fechada el 15 de enero, se convocó a los habitantes del municipio para reclamar en forma inmediata que Luís Ernesto Castro Galindo, alcalde de Cota, respondiera por sus actos administrativos. En esta circular se explayaban algunos puntos de interés para la comunidad:
1. Preocupación de la ciudadanía por la creciente construcción de conjuntos residenciales en zonas netamente agrícolas, perjudicando de esta forma la principal actividad del municipio, pues Cota depende de un 60 % de la agricultura.
2. Asimismo estas zonas están siendo vendidas, para la construcción de fábricas, pero la plata del negocio no aparece por ninguna parte: El alcalde no da la cara.
3. El centro de salud del municipio fue vendido a Chía.
Debido a que desde ese 15 de enero, no habían sido escuchados por la administración, el viernes 2 de febrero, decidieron salir a la calle, en forma pacífica, a las 6 p.m., y con una vela encendida como símbolo de paz, rumbo al Concejo Municipal. Al llegar allí quisieron hablar con el alcalde y con los concejales, pero recibieron una respuesta muy poco decorosa: Las puertas les fueron cerradas; frente a esta situación los manifestantes decidieron abrir las puertas con sus propias manos, exigiendo respuesta a sus reclamaciones de meses… Fue en ese momento, cuando la gente alborotada se enfureció y se iniciaron las agresiones del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional, que como es de sobra conocido no falta a ninguna protesta social.
La primera vez que el municipio, por lo menos en los últimos 50 años, vivió algo así en sus calles: la población enfrentándose en una guerra campal con los de negro, los “Robocop”; los unos defendiéndose con palos y piedras, y los otros con sus mortíferos gases lanzados a quema- ropa, sus armas bélicas (pues se tiene información de que dispararon cerca de la capilla de Cota). El alcalde, en vez de poner la cara, huyó, no sin antes informar al ESMAD de su tarea en ese lugar: Atemorizar, atacar, reprender.
Las escaramuzas duraron hasta la 1 a.m. de ayer sábado. En los hechos, fueron capturadas 30 personas, 20 de ellos menores de edad, que horas más tarde, en la mañana, fueron liberadas: 11 quedaron en la estación de Policía de Madrid. Esta acción de hecho, pacífica, de tratar de hablar con el alcalde, la rabia justificada de un pueblo que reclama sus derechos, se opacó el día sábado, pues con sus artimañas el alcalde, previniendo lo que vendría, nombró a unos cuantos lacayos, para que se autonombraran representantes del pueblo: Y así fue, a mi llegada (11 a.m.), estos seudo representantes estaban escogiendo quiénes irían a la reunión en el recinto del alcalde, donde llevarían un pliego de condiciones y discutirían la situación. Los pobladores, enceguecidos ante los nuevos ídolos, con vivas y hurras los alababan, pero no eran los cotenses los responsables de lo que pasaba, era el elocuente discurso de los lacayos que se vendían como la solución a la crisis. Para hacer la decisión de los representantes un poco más “democrática”, se escogieron dos personas por barrio u organización, situación que alentó a los habitantes a creer en ellos, pero, empero, más tarde, el gremio de los comerciantes protestó, pues ninguno de ellos quedó allí dentro. Hasta ese momento los lacayos eran pocos, pero 5 horas después, mediante artimañas burócratas, convencieron a los demás de VENDERSE, mientras el pueblo seguía confiando en ellos.
Durante ese encuentro, a puerta cerrada, decidí indagar en la población sus inquietudes, quejas y reclamos, y me encontré con más denuncias que las esbozadas anteriormente. Así, a grandes rasgos, esto fue lo que dijeron:
1. El alcalde, según denuncias que han sido oficializadas, ganó las elecciones, con un trasteo de votos, así: Él, de 4.000 electores, obtuvo 3.000 votos, 3 veces más que su rival, que sí es natal de Cota. Hay una incógnita, pues para la gobernación hubo 2.000 votantes, y para el concejo, 3.000, entonces ¿dónde aparecieron 2.000 y 1.000 votos más, respectivamente? “Aquí aún hasta los policías botaron, así como los muertos”, “había gente de Funza, Madrid y Soacha, incluso los socios de Bogotá también vinieron a botar”, según el denunciante, un soldado retirado.
2. El Colegio Departamental, manejado por la alcaldía fue construido en una laguna. Esto ha ocasionado que se esté hundiendo, y que su estructura esté a punto de caerse. Los espacios son tan pequeños, que el parque del pueblo ha servido como aula de clases. Estos problemas son achacados por la mala administración del burgomaestre. “La plaza de toros es más sólida que el colegio”. La administración del colegio también toma decisiones arbitrarias sin consultar a padres de familia o estudiantes, por ejemplo, cambiar sin previo aviso las jornadas de estudio de los estudiantes.
3. La recolección de la basura es deficiente, a tal punto que en una ocasión se varó la volqueta recolectora y por cuatro días en Cota no se recogió la basura. Sólo por la falta de mantenimiento…
4. Según un habitante de la población, el alcalde violó a una muchacha del servicio de seguridad, y al enterarse de que varias personas fueron testigos de ello, les dio 5 millones de pesos a cada una para que no hablaran.
5. “También vendió el agua a Bogotá, ésta yo no pertenece a Cota, sino a una empresa de donde él es socio”, es otro alegato de la población.
6. En Tenjo y en Tabio, donde también fue alcalde Luís Ernesto Castro, se le comprobaron actos de corrupción y la población le hizo renunciar a su fuero.
7. Un poblador, ex – tesorero de un jardín, denunció que las directivas y una rectora que el alcalde trajo de Bogotá, se robaron 800 mil millones de pesos; cuando el tesorero tuvo que entregar una plata con Bienestar Familiar, al alcalde le tocó tapar el hueco fiscal, cancelando la suma ya esbozada. Seguramente si no se hubiera hecho un acto de entrega, esa plata nunca habría aparecido.
8. La comandante de la estación de policía, sargento Leyda Ruth, también ha incurrido en múltiples faltas: Entre ellas apresar injustamente a personas de toda clase, acciones que han repercutido en acciones de tutela en su contra. Ella, incluso, ha propiciado severas palizas mujeres del pueblo: Una señora, por ejemplo, al ser detenida sin justa causa, le rayó el brazo izquierdo, desde la muñeca hasta el hombro, y el golpeó ambos brazos y piernas hasta dejarla “amoratada”.
Después de la primera sesión, los lacayos hicieron su show, pues el alcalde nunca colocó la cara a la población: Convocaron a una rueda de prensa con los medios de comunicación, o, mejor dicho, SU rueda de prensa con SUS medios de comunicación. Muy alardes por haber conseguido “logros” hasta ese momento (que en realidad son obligaciones del Estado, como que la Procuraduría, Fiscalía y Defensoría del pueblo, estuviesen allí en Cota), dijeron delante del pueblo que iban a hacer una rueda de prensa, inmediatamente quise estar allí, pero, pese a identificarme, no me dejaron ingresar y con una extraña cortesía entre la policía y los “representantes” del pueblo, integrantes del Escuadrón de Matones a Distancia (como es más conocido el ESMAD), trataron de agredirme, en ese momento varias personas también pujaron por dejarme pasar. Hicieron la rueda de prensa, sí, con los medios que escogieron: CityTv, Caracol y RCN.
Cota se quedó sin una verdadera representación, y por lo único que permanecí allí, fue por los detenidos el día anterior, que, debido al descontento ciudadano, tenían que liberar en horas de la noche. Así, ya ayer por la noche, llegaron los once, y denunciaron arbitrariedades de la policía el día anterior. Jorge Enrique Balero Gómez fue uno de ellos, “veníamos de Chía, venía corriendo y me pegaron, unos abusivos, me cogieron a pata, a piedra, con gases lacrimógenos, todo lo que tenían… A las mujeres también les pegaron, a mi hermana por ejemplo, que estaba en la marcha”. El abuso de autoridad también lo sintió un menor de 12 años que fue atacado por cinco agentes de ESMAD, así como otro que denunció el uso de pimienta para maltratar su persona. “A una señora la tomaron por los senos, la golpearon y a botaron… entre un negro dientón y un blanco”, fue otra denuncia que se escuchó.
Mientras la pelea politiquera se desarrolló a puerta cerrada, donde seguramente con una buena prebenda los “representantes” dejarán seguir al alcalde hasta que se termine su mandato, los pobladores, afuera, sienten qué es el dolor, pues Cota no tiene siquiera médicos de urgencia, el centro de salud “no tiene ni una jeringa”, toca pasar carta a Chía para solicitar una ambulancia, es necesario tener $40.000 para una urgencia, ir a Chía (15 minutos en carro) es tortuoso para una persona convaleciente; a tal punto que un hecho que hizo pensar a la población sobre el problema de tener en Chía el centro de salud, fue la muerte de una persona hace siete meses: No había oxigeno acá, y Chía no lo dio pues el gobierno de Cota no lo autorizó…
Hasta ayer, en horas de la noche, el municipio permanecía en ley seca, habían escaramuzas con el ESMAD, mientras los pobladores se defendían de las armas bélicas con lo que podían: Pólvora.
3. La recolección de la basura es deficiente, a tal punto que en una ocasión se varó la volqueta recolectora y por cuatro días en Cota no se recogió la basura. Sólo por la falta de mantenimiento…
4. Según un habitante de la población, el alcalde violó a una muchacha del servicio de seguridad, y al enterarse de que varias personas fueron testigos de ello, les dio 5 millones de pesos a cada una para que no hablaran.
5. “También vendió el agua a Bogotá, ésta yo no pertenece a Cota, sino a una empresa de donde él es socio”, es otro alegato de la población.
6. En Tenjo y en Tabio, donde también fue alcalde Luís Ernesto Castro, se le comprobaron actos de corrupción y la población le hizo renunciar a su fuero.
7. Un poblador, ex – tesorero de un jardín, denunció que las directivas y una rectora que el alcalde trajo de Bogotá, se robaron 800 mil millones de pesos; cuando el tesorero tuvo que entregar una plata con Bienestar Familiar, al alcalde le tocó tapar el hueco fiscal, cancelando la suma ya esbozada. Seguramente si no se hubiera hecho un acto de entrega, esa plata nunca habría aparecido.
8. La comandante de la estación de policía, sargento Leyda Ruth, también ha incurrido en múltiples faltas: Entre ellas apresar injustamente a personas de toda clase, acciones que han repercutido en acciones de tutela en su contra. Ella, incluso, ha propiciado severas palizas mujeres del pueblo: Una señora, por ejemplo, al ser detenida sin justa causa, le rayó el brazo izquierdo, desde la muñeca hasta el hombro, y el golpeó ambos brazos y piernas hasta dejarla “amoratada”.
Después de la primera sesión, los lacayos hicieron su show, pues el alcalde nunca colocó la cara a la población: Convocaron a una rueda de prensa con los medios de comunicación, o, mejor dicho, SU rueda de prensa con SUS medios de comunicación. Muy alardes por haber conseguido “logros” hasta ese momento (que en realidad son obligaciones del Estado, como que la Procuraduría, Fiscalía y Defensoría del pueblo, estuviesen allí en Cota), dijeron delante del pueblo que iban a hacer una rueda de prensa, inmediatamente quise estar allí, pero, pese a identificarme, no me dejaron ingresar y con una extraña cortesía entre la policía y los “representantes” del pueblo, integrantes del Escuadrón de Matones a Distancia (como es más conocido el ESMAD), trataron de agredirme, en ese momento varias personas también pujaron por dejarme pasar. Hicieron la rueda de prensa, sí, con los medios que escogieron: CityTv, Caracol y RCN.
Cota se quedó sin una verdadera representación, y por lo único que permanecí allí, fue por los detenidos el día anterior, que, debido al descontento ciudadano, tenían que liberar en horas de la noche. Así, ya ayer por la noche, llegaron los once, y denunciaron arbitrariedades de la policía el día anterior. Jorge Enrique Balero Gómez fue uno de ellos, “veníamos de Chía, venía corriendo y me pegaron, unos abusivos, me cogieron a pata, a piedra, con gases lacrimógenos, todo lo que tenían… A las mujeres también les pegaron, a mi hermana por ejemplo, que estaba en la marcha”. El abuso de autoridad también lo sintió un menor de 12 años que fue atacado por cinco agentes de ESMAD, así como otro que denunció el uso de pimienta para maltratar su persona. “A una señora la tomaron por los senos, la golpearon y a botaron… entre un negro dientón y un blanco”, fue otra denuncia que se escuchó.
Mientras la pelea politiquera se desarrolló a puerta cerrada, donde seguramente con una buena prebenda los “representantes” dejarán seguir al alcalde hasta que se termine su mandato, los pobladores, afuera, sienten qué es el dolor, pues Cota no tiene siquiera médicos de urgencia, el centro de salud “no tiene ni una jeringa”, toca pasar carta a Chía para solicitar una ambulancia, es necesario tener $40.000 para una urgencia, ir a Chía (15 minutos en carro) es tortuoso para una persona convaleciente; a tal punto que un hecho que hizo pensar a la población sobre el problema de tener en Chía el centro de salud, fue la muerte de una persona hace siete meses: No había oxigeno acá, y Chía no lo dio pues el gobierno de Cota no lo autorizó…
Hasta ayer, en horas de la noche, el municipio permanecía en ley seca, habían escaramuzas con el ESMAD, mientras los pobladores se defendían de las armas bélicas con lo que podían: Pólvora.
Fotos (G.A.C.R.):
1. Recolección de firmas por la destitución del alcalde.
2. Miembros del ESMAD.
3. Algunos lacayos calmando la gente.
4. Espalda de Jorge E. Balero, demostrando la agresión policial.
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